14 febrero 2008

Tertulia, 14 de febrero de 2008

No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va. Séneca

Fernando Díaz San Miguel comienza leyendo un fragmento de la plaquete Ruinas de Volúbilis, de Antonio Colinas publicada en la colección Cuadernos de Fez, editada por Salvador López Becerra. Mª Esperanza lee Dos encinas, Luis Somoza que se quedó con la duda la semana pasada lee Si tienes algo que decir y, junto a Higinio Martín, Fernando Castaño Sequero lee un fragmento de su novela: «Chico joven, de unos cuarentaitantos».
José Luis Nava nos lee su Permaneces cansado con la mirada satisfecha... y un poema de Margalit Matitiahu, en judéo-español o ladino, publicado en la Revista Fronteras:

GUITARA ESPAÑOLA

Que disen los sones de tu guitara
Después de media noche,
Que disen tus dedos en tocando el esprito
Después de media noche,
Que dise mi alma cuando los sones de tu guitara
Ablan con mi esprito,
Que disen mis dedos que tocan lo lonjano
Que toca a aqueya alma que tocó mí esprito
Meso tus dedos que tocan los sones de tu guitara
Después de media noche.

Ya pasaron dias sobre dias
Y ainda me acompanian los sones de tu guitara
Que me yevan a la primera luz de las madrugadas
Y quedan en mis oidos asta cayer las tadradas,
Entonses el orisonte se inche de tristesa
En buscando a la desaparesida alma
Que aparisio como un visaje
En aqueya media noche lonjana
En sintiendo los sones de tu guitara
Que tocaban mi esprito y ablaban con mí alma.

Margalit Matitiahu (hebreo, מַרְגָּלִית מַתִּתְיָהוּ) (Tel
Aviv
, Israel, 1935) escritora israelí en hebreo y ladino.

Luis García-Camino lee un poema antitaurino titulado La verdad de la hora, e Isabel Torremocha Verbo, poema sentido y dolido que necesita más de dos lecturas. Tras ella Sofía Montero lee Catarsis, que Fernando complementa con un pensamiento de Giacomo Leopardi entorno al tema de la muerte, libro que ha traído también de la mano de Colinas como traductor. Josefa S. Sousa da el estoque final al tema con La tierra me llama.

Mª Jesús Bernal nos trae hoy el poema La luz interrumpida de Luis Rosales y un poema de Alejandra Pizarnik, con aposiopesis, que nos hace discutir (otra vez) sobre el tema del ritmo, camino a ninguna parte. Roxana Sánchez Seijas cierra con un poema breve y redondo.

Aprovechamos los dos últimos minutos para que Luis Somoza nos lea el otro poema, que con dudas nos leyó la semana pasada fuera de la tertulia, con caña y pincho, en la Cafetería Unamuno.